jueves, 25 de octubre de 2012

Silvia



Si tu piel no fuera tan sedosa,
ignoraría que tu figura
es una prolongación de la mía,
ni podría tomarte
a través de la península de tus dedos.
¡Oh, Silvia! Hemisferio hundido en mi sangre,
murmullo de alas cuando el tiempo se despedaza
y sólo permanece la fatiga de vivir.
Mujer que me proyectas cada día:
sólo cuando tú me acaricias sé que soy distinto
y me admito. 

 A Silvia Rojas López

M.Canet

1 comentario:

Anónimo dijo...

Maravilloso poema.
Mucha sensibilidad hacia tu musa
Quien fuera Silvia