miércoles, 9 de mayo de 2007

MadriZ .4


Madriz; vientre de villanos agónicos
Llego a tu seno. Necesitando zalamerías,
gris botánico. Nativo..

Nativo de la ciudad cruel.
Regreso al centro de subrepticio;
a prestar algún guiño.

Del gorjeo de Rivas
al claxon de Santa Castellana y el cotidiano Orfeón de mi submundo.

A mis textos, a sus menús, mi escalera
menos tres, a su educación mudable. Al
poema del Cuervo, a la capilla ardiente de
la Melancolía

A la espalda, la ternura de la urbe,
de amigos, a la luz de un vermut y mejor
jamón...
Es mi Costa asfaltada y con espinas.
Agotador en cualquier momento.

Alacena alimenticia de mi sentimiento.

Gracias por tocarme, lustrarme, licuarme
y oxidarme, arenal del Caos, es
mi chapuzón frecuente.

Te traigo un escrito y una foto de Darío.

Te quiero y te odio Madriz, porque veneras a los demás,
sin pretender moneda de cambio. Es el verdadero y jodido
amor.
Ofreces tu emporio central, por costumbre, con
sublime donaire, al cualquier foráneo. Con ruido.

Al alba, acabare con este discreto escribir.


M.C 22/04/07