miércoles, 28 de abril de 2010

Fragmentos de memoria no recordada (A Adele)


Tu mirada vidriada estaba repleta de recuerdos,
capítulos que unías y barajabas
como ingredientes del puchero de tu vida.
Eternamente fuiste del club Cordon bleu
la vida te adoctrino para que echaras
pimentón, sal, azafrán y albahaca
según lo que fuera necesario.
La edad transcurrió
pero la manecilla se detuvo en aquel momento,
y no supiste como dar de nuevo cuerda al viejo reloj de tu memoria.
Hilvanabas sin descanso lo que por la noche deshilabas,
- al igual que la pobre Penélope de Homero-
Con agujas de encaje o con un par de ganchillo,
brotaban trapos de tus arrugadas manos
arqueadas por el exceso y el tiempo.
Siempre acicalaste a todas las generaciones.

Muchos rostros presentes
anulaban tu mutismo.
Turbada, regresabas a tus telas,
a tu enumerar olvidado,
a las evocaciones perdidas.
La niebla envolvió tu vida
de dulzonas sonrisas y arrumacos extraviados.
Me aseguraste que la mejor forma para hallar algo
era dejando de indagar.
Tropezaste con la paz cuando dejaste
de explorar en el enmarañado pasado.
Pasaron los días y sonreías.
Nunca olvidaste como llamar a la risa.
Cosiendo y cocinado por el día, soñando y leyendo por la noche.
Los recuerdos se licuaban en tus ojos acuosos.
Relatabas tu vida para que permaneciese sujeta a la memoria.
Contabas y combinabas la vida pasada.

Retales del ayer que forman una frazada hecha de recortes desordenados entre sí.

M.C 27/04/10

-Dedicado a la primera y única Adele que permanece en mi vida-