Aquí, en mi propio abandono, en plomizas horas, sello estas palabras con tachaduras de etéreos y trasparentes versos, mientras la tarde tendrá que soportar mis continuas palabras. Me agita el cruel ritmo de las tragaldabas aspas del reloj...
Debajo del mudo espacio de la
deteriorada piedra donde me hallo, ruidoso jolgorio, turbios andares, vidas
derramadas..., bañan con su consonancia el gris oscuro de mis profundidades
subterráneas. Abundancia que solitaria
flota pretendiendo silenciar mi mundo, rozando tan solo la armonía de
una codiciada voz. Pero el orbe de ahí arriba me rodea con tambores de irónicos
aires.
Aun no sé como transformar en alegría,
las endebles lágrimas.
M. Canet
No hay comentarios:
Publicar un comentario