Los que ya no están
no desean
ni perfumes, ni lagrimas, ni dilatadas miradas.
Preguntan por si mismos
en las ciudades
y observan sin ojos un astro insondable.
Los que ya no están
no rememoran
ni tararean, ni se ilusionan.
Solo extienden sus huesos entre la tierra desecada
cubiertos por el afán de un aliento y una causa.
Se amarran al silencio en ramilletes
y parecen el cálculo de un rosario.
Desconocen sus nombres.
Ignoran su domicilio.
No ambicionan ser pensados, ni queridos.
Ni siquiera recordados.
Los que ya no están
se aproximan pausadamente
y a veces…Solo a veces
derriban la frontera del mundo
y toman de nuestro abandono real e infinito
un trago de vida acumulada.
M.Canet
No hay comentarios:
Publicar un comentario