
Extirpando el mal de la hermosura,
bronceando al inicio del atardecer.
Transito el desierto de la urbe
preguntando por la dicción poética.
Mi gélida alma es glacial
y en abril acostumbra a morir.
Plasmar sin elocuencia es lo que rastreo
en este preciso momento
despojar mi desconsuelo sin disfraz.
M.C