MadriZ

Surcadores de tesoros en los lagos más sombríos,
vendedores de añoranzas con sabor a lo perdido,
desertores de una guerra sucia y cruel como el olvido,
lienzos pobres sin futuro enterrados en los ríos.

Trovadores en los pueblos más remotos de la tierra,
versos libres tatuados en la piel de los dementes,
agua turbia y descosida que recorre cien mil fuentes,
dios pagano que veneran pobladores de la sierra.

Maquis viejos de presencia pero sanos de memoria,
hitlerianos con conciencias destruidas a balazos,
una madre con su hijo muerto entre los brazos,
dos abuelos encumbrándose de historias.

Mil te quieros,diez promesas,dos mentiras,
varias hembras de mirar y no tocar,
unos trenes que aún no curan sus heridas,
un Madrid que se deja dibujar.


M.C